Decoración en rojo
El rojo es un color intenso, que transmite energía, fuerza, calor y puede influir en nuestro estado anímico dependiendo de su aplicación. El rojo en decoración hay que controlarlo, tener cuidado de no excedernos en su uso y elegir bien la tonalidad dependiendo de la estancia y el espacio en el que lo apliquemos.
Es el color del amor, la pasión y nos incita a movernos, ya que estimula tanto el cuerpo cómo la mente, donde tiene ciertos efectos psicológicos, cómo aumento de apetito o fluidez en las conversaciones, por eso es un color ideal para salones y comedores.
El rojo puede ser agresivo para personas que están acostumbradas a vivir entre colores neutros o pasteles, pero que aún así les gusta este color. Si eres una de ellas, lo mejor es que apliques el rojo en pequeñas cantidades, cómo elementos decorativos, textiles o poniendo papel decorativo en la pared que contenga pequeñas dosis de rojo.
Es un color primario, que además de aportarnos calidez y confort, en decoración podemos combinarlos con colores cómo el gris, negro, blanco o azul.
En espacios amplios, no tenemos problema para utilizar las tonalidades más oscuras, al contrario que en las estancias pequeñas, que se aconseja aplicar los rojos más vivos y luminosos.
El elemento lumínico es muy importante a la hora de combinar con este color, ya que una luz tenue y bien distribuida, puede crear un ambiente cálido, íntimo y sensual.
Para utilizar el color rojo en decoración, hay que tener en cuenta muchos factores, pero el más importante es nuestra propia personalidad, eligiendo así, aplicarlo de forma abundante o en pequeñas notas de color para que den un poco de vida a nuestra estancia. Todo depende de ti. 😉